Por: Pastora Belkis Fernández
Lectura: Génesis 14:14-16 Estamos rodeados de gente oprimida, personas con la mente enferma, cautivos de la envidia, los celos, murmuraciones, desprecio, divisiones, orgullo y todo tipo de mentira que el diablo les hace creer que son verdades. La batalla más fuerte está en la familia biológica y en la familia de la fe. No seamos instrumentos del enemigo, participando de obras de la carne.
Hubo una guerra de cuatro reyes confederados en contra de cinco reyes de Canaán y en medio de esa batalla toman a Lot como prisionero. Una vez más, Abram rescata a su sobrino Lot, sin decirle es tu culpa, yo no voy a darte la mano de nuevo, paga tus platos rotos.
Lot era un hombre bueno, pero escogió el lugar equivocado. Satanás no es omnipresente, pero sabe organizar su equipo por región y su plan es el mismo: matar, robar y destruir. El pecado oprime a las personas y es tan así, que aun el trabajo bueno que hace alguien, le produce envidia y celo a otros, o desata pleitos en personas que se aman.
En Abram observamos:
Persiguió a los enemigos con 318 hombres
Los alcanzó
Los derrotó y recobró a Lot, su familia y sus bienes.
No salga de ningún lugar en contienda, no le des lugar al diablo. Aprendemos de Abram:
Ser guerreros y olvidar las ofensas
Ser agradecidos/llevó diezmo de todo a Melquisedec Rey y Sacerdote
Ser íntegro y no oportunista de ventajas temporales. Te valoro si te necesito.
Cuando te llega la opresión, utiliza las armas espirituales de la oración, ayuno, quebrantamiento y el consejo pastoral. ¿Con quién te alias?
