Lectura: Salmo 32
Pastora Belkis Fernández
Feliz aquel cuyo pecado ha sido perdonado y borrado sus iniquidades. El perdón es un acto de liberación donde la persona pasa de esclavo a libre. El perdón debe ir acompañado de la confesión para que tenga efecto, tal como ocurrió a David cuando confesó y reconoció el error que había cometido, entonces fue liberado (Ver Salmo 51).
David, en el Salmo 32 experimentó con su silencio que sus huesos se envejecieron, que su culpa lo estaba deshidratando porque había pecado y no lo había confesado. Su situación era similar al verdor de la naturaleza que por la intensa sequía se marchitó y en su desesperación reflexionó que tenía que confesar su pecado, ya que la situación se empeoraba. De día y noche se agravó tu mano sobre mi (/v.4). Cuando David confesó, entonces lo hizo beneficiario del perdón.
¿Cuáles beneficios recibió David al obtener el perdón?
Feliz ya que restauró la paz con Dios
Receptor de la gracia de Dios
Libertad de culpa
Dolencias sanadas, rescate del hoyo y corona de favores.
El perdón te hace feliz, te sana, te liberta y te quita la culpa del pecado. Tu perdón liberta a otros. Recuerda, no somos inmune al pecado, si pecas abogado tenemos para con el Padre. Usa tu razonamiento espiritual y no seas como el caballo o como el mulo que deben usar frenos y riendas.
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