Lectura: Mateo 25:31-46
Pastora Belkis Fernández
Jesús emplea el emblema de ovejas y cabras al hablar del juicio final. Las ovejas las pondrá a su derecha y las cabras a su izquierda. En su posición de Rey, procederá a dividir un grupo de otro. El desafío es practicar el amor hacia el prójimo. Servir al necesitado como si estuviera sirviéndole al mismo Cristo.
Lo que Dios quiere que practiquemos son cosas sencillas. Un vaso de agua, un plato de comida, escuchar a alguien, colaborar, ser solidario, entre otras necesidades. Cuando amas, no esperas nada a cambio, no un reconocimiento, sirve a los demás, como si estuviera sirviéndole a Dios.
El joven rico en Mateo 19:20-22, permite comprender mejor este pasaje. Este joven no quiso desprenderse de sus posesiones. Sabía las letras, pero no el verbo.
Tres preguntas para reflexionar:
¿Qué has hecho con la libertad que Dios te ha dado?
¿Dónde puedes encontrar a Jesús?
¿Qué requisito se necesita para servir? 1 Corintios 13:2-3.
Habrá una rendición de cuentas. Revisa tu ética hacia los más necesitados. Cuando sirves por amor vas a disfrutar una alegría especial. Cuando te vayas de esta tierra es lo único que te vas a llevar. Vas a encontrarte con Jesús, cuando seas parte de una fraternidad de hermanos que sufren y se solidarizan con el dolor ajeno. Vas a encontrarte con Jesús, cuando asistas al más pequeño de tus hermanos, aquel que no ha crecido y que necesita de ti. Podemos decir a nuestro hermano pequeño, o inmaduro como dijo Jacob a su hermano Esaú, verte a ti, es como ver el rostro de Dios.
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