Lectura: Lucas 19:1-10 NTV
Pastor Pedro Julio Fernández
Era muy común en las tierras bíblicas que las personas fueran hospitalarias con los extraños. Dar hospedaje y asumir todas las responsabilidades con el huésped era una forma cortés de compartir lo propio.
El libro de Hebreos nos manda a ser hospitalarios porque algunos hospedaron ángeles creyendo que eran humanos. En la historia de Lucas 19 ocurre algo a la inversa y es que Jesús mismo se invitó a la casa de Zaqueo para estar allá y comer. Es de resaltar que tampoco fue una auto invitación solo, sino que incluyó a sus seguidores.
Jesús no hizo esto para tomar ventajas de Zaqueo y sus riquezas, sino que al leer su corazón se dio cuenta de que era un hombre sediento de Dios y de su salvación. Vio que era un hombre rechazado, odiado y despreciado básicamente por su condición de jefe de colectores de impuestos para el imperio romano.
Estando allí las personas “legalistas” murmuraron de que Jesús haya entrado a la casa de “un terrible pecador” Y como buen predicador, maestro y salvador dijo: La salvación ha venido hoy a esta casa, porque este hombre ha demostrado ser un verdadero hijo de Abraham. Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar a los que están perdidos.
Hoy día ocurre lo mismo que Jesús se auto invita para entrar en tu corazón, en tu vida y darte eterna salvación. Solo abre la puerta y deja que él cambio opere en ti.
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