Pasó la siega y terminó el verano y no somos salvos
Lectura: Jeremías 8:20
Predicando Pastora Belkis Fernández, D.Min.
La siega significa la cosecha, el verano significa la temporada y no hemos sido salvos significa la pérdida de la oportunidad de salvación. Hebreos 2:3 dice: ¿Qué nos hace pensar que podemos escapar si descuidamos esta salvación tan grande, que primeramente fue anunciada por el mismo Señor Jesús y luego nos fue transmitida por quienes lo oyeron hablar?
Jeremías actuó de una manera honesta, reconociendo que estaba rodeado de gente hipócrita. Ellos decían, templo de Dios, templo de Dios, templo de Dios, pero eran mentirosos. Si eres templo de Dios, muestra con tus obras lo que eres. Esto le provocaba gran sufrimiento.
El pueblo estaba desacatado, así como está la sociedad presente. La arrogancia, el prestigio religioso, la dicotomía en los valores de la familia, de la iglesia y de la sociedad civil han bajado a un nivel de deterioro humano y de irrespeto. Dios no aguanta y traerá juicio. Las mentiras colocadas como verdades en las redes sociales, es increíble como se han convertido en las escuelas, universidades, en profesores, en pastores y entrenadores de su propia maldad.
Jeremías no sabía hablar, tenía baja autoestima y Dios le dijo en el capítulo 5 que pondría su palabra en su boca por fuego. Dios no anda buscando apariencia. El actuó con misericordia, el Señor le dijo que ni orara por el pueblo y él seguía orando. (Jeremías 7:16).
El juicio de Dios se acerca, ya pronto Dios va a separar el trigo de la cizaña. El problema sigue siendo el mismo, abordamos lo superficial, pero no vamos a la raíz de los problemas que es el pecado y la falta de arrepentimiento. El problema está en el corazón del hombre. A Dios no le queda otra alternativa que desechar a los que se dicen que son, pero en su cotidianidad viven para ellos y se olvidan de los demás. Dios lo desechará. Jeremías 6:30.
¿Cuál fue uno de los problemas principales? El pueblo y el liderazgo estaban gordos, mientras que rehusaban ayudar al huérfano y a los pobres a obtener sus derechos. Ellos en el pasado y ahora, en tiempo actual, la mala conducta, traerá el juicio de Dios a la tierra, la cual quedará desolada. En el mundo se acerca una gran catástrofe producto de la falta de solidaridad ante el dolor ajeno y ante la apatía del amor genuino hacia el Todopoderoso.
La práctica de la ética cristiana actual está muy floja, débil y desacredita en el trato hacia los demás o nuestros semejantes. La misión que le encomienda Dios a Jeremías no fue fácil, Dios le dijo que lo colocaba para arrancar, destruir, demoler, edificar y plantar. (Jeremías 1:10).
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